Que nadie pregunte por el Museo Hergé en Bruselas. Está en Louvaine-la-Neuve, http://www.museeherge.com/. Una ciudad universitaria fea, impersonal que más parece un extrarradio de una gran urbe que un centro de enseñanza, situada a unos tres cuartos de hora en tren de Bruselas y a poco más de 20 minutos en coche. La primera reflexión que haces al llegar a la estación es "! vaya mierda de ciudad , cómo he podido venir hasta aquí para esto , Tintín se merecía Bruselas". Pregunto por el disparate de la ubicación y unos estudiantes belgas me dicen: "El museo iba a estar en Bruselas, pero la Fundación Hergé y la Administración no llegaron a un acuerdo". Busco el museo y lo que ven mis ojos le da sentido al viaje cuando, rodeado de bosque aparecen ante mi mirada dos cubos blancos que están como elevados y observo en contrapicado: el cubo de la izquierda, con Tintín de espaldas en uno sus viajes; en el otro cubo, la firma de su autor, Hergé. Es la invitación a que nos deslicemos en un espacio inaugurado oficialmente en primavera de este año en el que nada es abrupto, todo es delicado, luminoso, de líneas depuradas; una combinación de colores y formas armoniosas. El primer pensamiento ante esa visión de líneas depuradas: "El arquitecto ha captado la esencia del mágico mundo de Hergé".
Y sí, aquí sí se puede "encontrar al auténtico Hergé" ó Georges Rémi el nombre real del grafista, publicista, caricaturista, diseñador y narrador que es considerado por uno de los más grandes artistas del siglo XX. Nos invitan a respetar el órden de la visita "con lógica y seguir los pasos de Hergé a través de la Historia de la cronología de su trabajo; ver sus gustos, sus aficiones, su pasión por los coches, los viajes".Hay que subir hasta la tercera planta. Ya estamos en ella y es el comienzo de la visita a ocho salas en estos 4.000 metros cuadrados de la conjunción perfecta entre la creatividad arquitectónica y del contenido. Los visitantes son adultos y niños. Unos, lectores y conocedores del mundo de Hergé que cuando hablan parecen querer pasar el testigo a los niños en este juego singular. Todos dispuestos a la aventura. No hay prisa. Vamos, voy, al encuentro de "un hombre del arte", "el mundo de Tintín", "Un clásico del siglo XX"., "los álbumnes. de Tintín....Su primer dibujo publicado en prensa en 1929, esos bocetos en cuadernos de notas, las páginas en las se detallan las escenas como si estuviera preparando una película con ritmo, en un Tintín viajero, políglota, vividor de experiencias singulares y lejanas...Sí, todo en este espacio es Hergé, hasta en la cafetería, LE PETIT VINGTIÈME". La atmósfera está perfectamente diseñada para este singular juego "la búsqueda de Tintín y su autor".
La visita finaliza a las puertas de la Librería. ¿Cómo no entrar?. Aquí puedes llevarte un trocito de este mundo
moldeado por el estudio del arquitecto Christian de Portzamparc, www.chdeportzamparc.com.
Ahora sí, ahora retornemos a Bruselas y podremos encontrar a Hergé y todos sus personajes en diferentes sitios de la ciudad. Hay una ruta para seguir las huellas de Tintín y que detallan los folletos que edita la Oficina de Turismo situada en la Gran Place -http://www.brusselsinternational.be/- una huella que también marca la línea de encuentros con otros héroes del comic, especialmente en el Centro Belga del Comic-http://www.bruselcomics.com/- rue des Sables. Pero el pionero fue Hergé en enero de 1929 cuando el autor le perfiló a Tintín como intrépido reportero que debía investigar en el Petit Vingtième, suplemento semanal de los jueves de un diario belga.
Ahora sí, ahora retornemos a Bruselas y podremos encontrar a Hergé y todos sus personajes en diferentes sitios de la ciudad. Hay una ruta para seguir las huellas de Tintín y que detallan los folletos que edita la Oficina de Turismo situada en la Gran Place -http://www.brusselsinternational.be/- una huella que también marca la línea de encuentros con otros héroes del comic, especialmente en el Centro Belga del Comic-http://www.bruselcomics.com/- rue des Sables. Pero el pionero fue Hergé en enero de 1929 cuando el autor le perfiló a Tintín como intrépido reportero que debía investigar en el Petit Vingtième, suplemento semanal de los jueves de un diario belga.