14 febrero 2010

VISITANDO A JACQUES BREL


                                                                                        
Jacques Brel conduce un descapotable por la arena de una playa  del Atlántico. Tiene un aspecto de niño juguetón a punto de hacer una travesura. De copiloto, la cantante Barbara que mira sorprendida  e incrédula la maniobra de su amigo: se dirige hacia el mar en ese coche que final e irremediablemente  queda estancado por las aguas. Sabe que su amiga se mojará hasta las rodillas y él la toma en los brazos divertido. Es un  aspecto de su carácter festivo, herencia de su madre a quien él definió una vez como un ser "de gran ternura y generosidad" . Es una escena recogida en un vídeo.  Un fragmento de la vida y obra de Brel que se puede  ver  en un diminuto recinto  de la place de la Vieille-Halle aux Blés de Bruselas-http://www.jacquesbrel.be/-; del hombre carismático e histriónico, del artista como compositor, cantante, actor, realizador, piloto...Todas las facetas están es este espacio hecho posible por los herederos de este belga de nacimiento y francés de sentimiento.

Aquí está su sentido de la vida, del amor, de la amistad (Barbara, Juliette Greco, Georges Brassens, Serge Gainsbourg, Maurice Béjart...), los lugares en los que actuó (y siempre L´Olympia de París), el Don Quijote que representó en la comedia musical "El Hombre de la Mancha" (1968 y 1969) en Bruselas y París. Un documento audiovisual  además de  fotos,  manuscritos y artículos de prensa.  Aquí está el hombre vehemente, nostálgico, irónico, bromista, el que canta a la infancia, la suya, de "un niño que inventaba viajes para aislarse del mundo adulto que le ignoraba". Su potente voz se transforma en romántica en "Ne me quittes pas". Es mordaz cuando retrata a los flamencos de los años 60; una sociedad trista, profundamente religosa, retrógrada: "los flamencos bailan sin decirse nada/ los flamencos no son sonrientes/si ellas bailan es porque tienen 20 años"; en "La, La, La, La" (1967) lanza  su polémica frase  "Viva los belgas, mierda para los flamencos". Es nostálgico cuando rememora el tiempo en el que "Bruselas soñaba, bailaba, cantaba ,  "bruselaba".

Los estudiosos de Brel dicen que su vida y su obra están definidas por su dicotomía entre las raices flamencas y la cultura francesa en la que encontró respuesta a su creatividad y una similar filosofía  existencial. Su hija France invita a "pasear por el universo de Jacques Brel en la que se exhiben la complejidad de sus vínculos con Bélgica". Un pais al que dejó atrás definitivamente rumbo a Iva-Oa. En esta isla de Las Marquesas fue enterrado en 1978, tras morir  a causa de un cancer de pulmón. En el libro de visitas de este diminuto espacio de Bruselas un adolescente de 15 años ha dejado escrito que es un ferviente admirador del "caballero errante". Es uno de tantos testimonios de un recorrido  de revelaciones sorprendentes en la voz de Brel y con las que se descubre también su amor por Bélgica "más allá de disputas lingüisticas". Un interesante espacio a visitar especialmente por los admiradores de la obra y la personalidad de Jacques Brel...Un autoretrato trazado desde sus reflexiones, sus respuestas a entrevistas, fragmentos de sus recitales en los que se le  contempla cantando las canciones más emblemáticas de su amplísimo repertorio. En definitiva, un mosáico del hombre, sobre todo del ser humano más alla de su dimensión artística.