11 abril 2010

FOTOPRES O LA SOCIOLOGÍA DEL DRAMA

Najah Sultana, víctima del padre-bestia que no quería niñas

Este rostro que puede ser observado por  cualquiera que se cruce en su camino no puede saber quien le mira. Parece un muerto viviente  y cuando uno contempla esta imágen es inevitable preguntarse si esta mujer no habrá pensado alguna vez "mejor estar muerta". Esta mujer se llama Najah Sultana. Se quedó ciega a los cinco años, niña con vida, con ojos, con piel. Pero su padre-bestia no quería niñas en la familia y la roció con ácido. La bestia-padre  huyó y la madre abandonó a la niña ciega. Una tía de la niña Najah se compadeció de ella y la acogió en su hogar. Más de quince operaciones para que su rostro sea más humano. La visión no la recuperará jamás. Su drama es uno de tantos dramas que sufren los inocentes de Pakistan y que son inmortalizados por fotógrafos como el autor de esta imágen, Emilio Morenatti, primer premio FotoPres la Caixa que puede contemplarse hasta el próximo mes de agosto en Caixa Forum Madrid formando parte de la exposición VISIONES DE GUERRA Y DE LOS CONFLICTOS con otros fotógrafos. Es un recorrido por  la sociología del dolor en grado sumo como ofrenda de denuncia de fotoperiodistas que recorren el mundo. Con su delación visual podemos conocer las violaciones de los Derechos Humanos, las más bajas pasiones del ser humano.

 
Este hombre quedó impactado por tanta violencia y dolor plasmados

Estos captadores de imágenes de llanto, humillación, de sadismo hablan de verdugos porque muestran víctimas...Sin ellos, sin sus imágenes, la sociedad del bienestar sería más ignorante y la Historia estaría más manipulada. ¿Quien no recuerda la niña Kim Fuk quemada por Napalm en el Vietnam de 1972, una de tantas víctimas de guerra que quedó inmortalizada por Nick Ut, fotoperiodista de la agencia norteamericana Associated Press?... El autor fue Premio Pulitzer del 72 por "una de las imágenes más conmovedoras del siglo XX" y el mundo supo de la inmundicia en la dialéctica de las guerras y las secuelas para millones de inocentes.  Y cuando uno de esos fotógrafos caen en acto de servicio, quizás uno de sus compañeros pueda perpetuar con el disparo de su cámara de fotos el precio que están dispuestos a pagar por su empatía con el dolor ajeno, la honestidad en su trabajo, como sucedió en 2007 con el fotógrafo Kenji Nagai, muerto por disparos de un militar en Birmania. 

                                                                                                    
La niña Kim Fuk y sus vecinos, inmortalizados por el fotoperiodista Nik Ut y por la que logró el Premio Pulitzer en 1972

Son muchos los fotógrafos especiales a quienes los conflictos, las guerras, les lleva a un peregrinaje constante en busca de la verdad que esconde cada damnificado: Mohamed Ballas,  Lars Aström, Philip Jones Griffiths, Dorothea Lange, Javier Bauluz...Premiados ó no premiados, todos imprescindibles, como es el caso de Gervasio Sanchez, uno de los más premiados reconocidos y comprometidos fotoperiodistas internacionales cuyo largo recorrido por espacios de conflictos y guerras le autorizan a editar libros tan valiosos para la memoria como el último editado por Blume, VIDAS MINADAS. Vidas mutilidas por las minas. Un trabajo paciente de más de 10 años en el que el autor destaca la enseñanza que le dan sus protagonistas: "los valores vinculados a la lucha por la supervivencia y la superación".