27 mayo 2010

EL VIAJE DEL MENDIGO MINUSVÁLIDO Y EXPLOTADO A LA ZONA DEL LUJO DE MADRID


El desvalido hombre de la lujosa calle de Serrano Madrid

 Tiene la tez morena todos los días del año, haga frío, esté nublado, llueva o luzca el sol. Siempre tiene los pies cubiertos sólo por unos calcetines, no importa sea invierno y nieve.  Está esquelético. Es un miserable que viaja a diario hasta la denominada "milla de oro" de Madrid de manos "misteriosas" que lo "depositan" en su silla de ruedas o en el suelo. ¿De dónde viene?. ¿A dónde va?...De este viaje de ida y vuelta entre el día y la noche el recorrido visible está en  las calles de Serrano, Velazquez, Goya. Todos los días. Desde la mañana hasta pasadas las 11 de la noche. Su viaje dura ya muchos años. Tantos que es un viejo conocido de los vecinos y viandantes habituales de esta zona madrileña. Es uno de los pobres más observados y sinembargo un enigma. Tanto que ha surgido una leyenda en torno a él. ¿De qué país viene?. ¿Cómo llegó hasta aquí?. ¿Quien cuida de él?. ¿Son las mismas personas que explotan su incapacidad física en el ritual de la compasión-mendicidad?...Sí, él forma parte de la estadística de la pobreza en el mundo. Si viviera en paises como India sería un descastado, un paria. Malvive en una capital definida como "cosmopolita", cada vez-dicen los publicitarios institucionales-"más vanguardista", de modo que es sólo "uno de tantos pobres que forman parte del paisaje urbano".

Aquí, al ver a este hombre, parece que ni siente ni padece de tantas ausencias de bondades de la vida y de tanta presencia de maldad diaria. No habla. No responde si le preguntas. No hace ningún gesto, aún siendo fotografiado; todo lo más gira la cabeza no se sabe si en un gesto de dignidad o ante el temor de que sus "tutores" puedan pensar que se ha prestado al juego de quien dispara su infortunio. Apenas llama la atención con una frase mecanicamente escupida, sin fuerza, como un gemido doliente y cuando se escucha ese sonido de lamento más que de petición de unas monedas, a este pobre desamparado se le sitúa en un agujero nocturno donde le piden cuentas de lo recaudado. No es descabellada esa esecena. Porque en esa leyenda urbanita creada en esta zona de lujo las voces describen una secuencia de malos tratos físicos al "mendigo lisiado" en la que los mismos indivíduos que le dejan sobre la acera y le recogen por la noche en coche o furgoneta si no están satisfechos con el montante obtenido por su explotado, le muelen a palos, no le darán de comer y le amenazarán.
¿Es sólo una leyenda originada en ese discurso "lo-sé-de-buena-fuente-digo-lo-que-me-han-dicho"?. De su historia, la mayoría de los vecinos saben-dice-mucho o todo: "Yo le doy siempre que paso por la calle porque me da pena. El pobre tan desvalido. Dicen que le pegan porque no saca mucho dinero". Esta mujer que observa el objetivo de la cámara se siente-dice- compasiva e impotente. "No se puede hacer nada", añade. ¿Nada?. ¿Es suficiente con dar una limosna compasiva? ¿Realmente no se puede hacer nada?.

"Legalmente-explica un agente municipal-no podemos actuar. Recibimos cientos de llamadas de personas que le ven y a quienes les indigna la situación. Hemos intentado llevarle a un lugar donde pueda vivir sin pedir, atendido porque necesita ser atendido como discapacitado que es. Pero no quiere, él es el que rechaza la ayuda y nosotros no podemos llevarnoslo contra su voluntad. A nadie se le puede retener en ningún sitio contra su voluntad. Es la ley".

¡Ah, las leyes, que siempre definen la justicia pero no lo justo!..transformando  una situación en injusta. Leyes que impiden que este desarraigado sólo sea libre con la muerte física por cruel que parezca a las personas sensibles ...Ahora es una especie de zombi que emocional, mentalmente, está hivernando desde hace años. ¿Y esos indivíduos que aparecen con nocturnidad y alevosía reiterada?. ¿También hay una ley que impide esperar cerca de este mendigo a que aparezcan su captores y actuar por si son suceptibles de ser considerados explotadores?. ¿Estamos una vez más ante una red mafiosa como señala uno de los vecinos de la zona?..Para los transeúntes es fácil, ya lo dicen: "Todos vemos cada día cómo llegan los tipos que le recogen y cómo se lo llevan y si nosotros vemos qué pasa con este pobre diablo, tiene que verlo la policía"...Sí, él no es el único que pide. Cada día el número de mendigos crece y crece en las calles del mundo entero, pero hoy rescatamos la miseria de este ser penado en el asfalto, una de esas personas de la que el novelista Henry Miller diría "nadie es lo suficientemente pobre o pequeño para merecer ser ignorado".