06 junio 2010

¡POBRE LANZAROTE!....TAN BELLA Y TAN MALTRATADA POR EL TURISMO FAST-FOOD


Lanzarote fotografiada desde la Fundación Manrique

Lanzarote es una isla bella. Orográfica, climatológicamente, tremendamente atractiva. Recorriendo su interior se descubre una cultura trazada con la fuerza volcánica, con el coraje de la gente amarrada a esta tierra en apariencia infértil,  en un paisaje de negros y ocres en el que resaltan los blancos impolutos de casitas, los verdes y múltiples ejemplares de lillíaceas y de cactáceas; aloes y cactus en todos los tamaños posibles: a lo lejos, un drago, cerca un jardín de la tabaiba como símbolo vegetal y así sucesivamente.  Recorriendo los pueblos blancos se adentra en la singularidad de sus habitantes...Y hablando y preguntando a su gente sobre su historia, su idiosincrasia, su manera de vivir y sobrevivir enmedio de este paisaje aparentemente infecundo, ellos te darán respuestas edificantes:

"Yo recuerdo mi infancia, en mi casita pobre, con mi abuelo saliendo al mar a pescar a la isla Graciosa y volviendo con la cesta llena de pescado para la cena. Me acuerdo de los cabritos asados por mis padres y que luego nos comíamos rodeados de parientes y amigos. ¡Qué feliz fui de niño, no eso no era pobreza!. La pobreza es la que vivimos ahora con el turismo barato que rechaza nuestra gastronomía, ha exigido que le demos de comer como en su país y que ha traído a la isla la comida basura de los guiris.  Hay una parte buena en la falta de trabajo aquí y es que la gente ha vuelto a plantar en la tierra y pese a la falta de agua, podemos tener una huertecita que nos da de comer, eso y la ayuda entre nosotros es lo que hace que sigamos adelante, si no...."

Quien habla es uno de tantos trabajadores mal pagados del sector turístico que piensan lo mismo: Lanzarote es hoy turismo-basura como consecuencia de la avaricia y la falta de cultura de los pseudos-empresarios. Turistas que vienen a sol-y-playa y que exigen su comida. La comida fast-foot, las grandes superficies para hacer la compra, los vuelos baratos, los paquetes. No saben comer y por consiguiente no pueden apreciar la gastronomía autóctona. En los hoteles encuentran lo que necesitan a bajo coste-"low cost".

"Esa forma de entender el Turismo está haciendo mucho daño-me comenta un empleado de uno de los hoteles de lujo de la isla-porque no se crea una actividad económica de la que se beneficia todo el sector turístico. Cada día la calidad baja y baja y los empresarios tienen cada vez menos respeto por el turista. Yo me averguenzo de mi profesión y de mí mismo porque no puedo ejercer con dignidad mi trabajo. Veo qué comida se pone, cómo se trata al turista. Y lo peor es que esto no tiene solución. Hemos optado por el turista macarra y la gente que quiere calidad no vuelve. Viene engañado una vez, pero no vuelve. Eso lo notamos los trabajadores. El archipiélago canario es una de las autonomías con mayor índice de paro, algo que no se entiende si tenemos en cuenta que es un lugar turístico todos los meses del año. Es verdad que lo de Islandia, lo del volcán, ha cancelado muchos vuelos, pero eso es un añadido más a la situación en sí misma desastrosa que venimos padeciendo".

La arquitectura escondida tras numerosos tenderetes
Esta persona nos enseña a descubrir su isla. Nada de playa y costa donde la arquitectura está escondida tras la hilera de tenderetes de  prendas y objetos de mala calidad repetidos y repetidos a lo largo de los paseos mal llamados marítimos. Debe recorrerse el interior y es entonces cuando las bondades de su tierra formarán parte de un itinerario soprendente y variadísimo. Porque este Lanzarote declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 1993 se hace irresistible cuando te atrapan las Montañas de Fuego de Timanfaya, el Charco Verde, La Geria, el Museo del Emigrante, La Fundación Cesar Manrique, el Museo de Arte Contemporáneo, Los Jameos del Agua con un auditorio de una acústica natural impresionante;  los mercados como el de Haría, un punto de encuentro de artistas, artesanos y agricultores ecologistas que forman parte de ese patrimonio impagable del buen vivir...Y nada de comer en restaurantes publicitados por agencia o guías comerciales. Para comer bien y sano, hay que preguntar en los pueblos y entrar en casitas con cuartitos separados, transformados en comedores límpios, sencillos, donde la cocina es autenticamente casera: ¡Qué papas crías tan diminutas y tan deliciosas saboreadas con el mojo verde o rojo, qué tomates de sabor perdido en el mercado de las grandes superficies,  la cebolla dulce, las lentejas verdes tiernas, el cabrito recien hecho, el queso de cabra con un sutil regusto salado, deliciosos los polvorones acompañados por un vino dulce...El vino de malvasía de la tierra, el vino blanco semi-seco tan apreciado y tan escaso!. En uno de los periódicos leo estos días-¡qué paradoja!-que a los miembros del exclusivo, enigmático y poderoso Grupo Bilderberg reunidos en estas fechas en un hotel de Sitges, varios  famosos "top chefs" les mostrarán las excelencias de la cocina creativa, la gastronomía de la España vanguardista y se llevarán a su pais una idea equivocada...Porque como reseñaba un crítico del New York Times despues de cenar en uno de esos templos de los "top" de diseño culinario, esa no es la gastronomía real diciendo "son grandes fuegos artificiales...Pero, comer, comer...".


Mercado de Haría, lugar de encuentro y compra

En este mercado de Haría los oriundos "majos"  responden con naturalidad a las preguntas que se les hace, por muy impertinentes que sean. Pero también quieren saber del visitante que está tan interesado en su realidad más allá de la versión turística oficial. Quieren conocer. Sí,  estoy en Lanzarote por motivos profesionales y estoy en un hotel de lujo que no da los servicios de calidad que se espera. Hablo de calidad, no de lujos publicitados. Calidad. Sí está limpísimo, los empleados son amables y voluntariosos pero no profesionales; la calidad de los productos que dan en el desayuno (elaboración industrial y de escasa calidad, con café aguado) y en los restaurantes son un engaño.

"¿Sabe cual es el fondo de todo este engaño?-pregunta mi interlocutor-pues que no existe un control de las Instituciones y la razón es que el negocio es un monopolio de cuatro empresarios que dominan todo hasta la política y tienen a los políticos, a todos, comiendo de sus manos y sin permitirles ningún control porque les apoyan con sus dineros. El hotel donde está usted es de un empresario que comenzó su carrera en el sector en Puerto Carmen con un hotelito en 1967 en el inicio del  turismo en Canarias. Puerto Carmen comenzó siendo un sitio turístico bien llevado, con un turismo muy bueno que dejaba mucho dinero. Puerto Carmen ahora está de pena, el turismo es pésimo y se ha degradado a unos niveles lamentables. Pero Puerto Carmen no es único. La isla está siendo muy maltratada. Se habla mucho en la prensa de la corrupción de Marbella o ahora de Ibiza. Pues que vengan a Lanzarote e investiguen porque sólo ha salido un poco de la mucha mierda que hay. Uno de los dueños del hotel donde usted dice que se hospeda acaba de salir de la cárcel, con eso le digo todo. Usted dice que nota que no existe el profesional de la hostelería. Cierto. Pero pregunte qué sueldos y en qué condiciones trabajan y tendrá la respuesta por sí sola. Nosotros utilizamos una palabra que lo dice todo, "bisne", importada de los guiris "Business" y significa "negocio cojonudo" y eso es lo que hacen aquí los empresarios, un negocio cojonudo para ellos a costa de burlar todas  las leyes habidas y por haber".

"Los empresarios no quieren trabajadores españoles en sus negocios porque dicen que exigimos mucho-añade una mujer- y lo que exigimos es trato digno y sueldo que marca la ley y ellos pagan como si estuviéramos en la época de la esclavitud. El empresario aquí gana y gana a costa de tener empleados en régimen de esclavitud y o lo coges o te vas a tu casa a morirte de hambre, así es que dices a todo que sí, y vas comiendo".

Especuladores, no empresarios. Ese es el transfondo de toda la falta de ética y estética que se percibe en los espacios turísticos de playa, con paseos marítimos en los que los turistas "empaquetados-en-el-todo-incluído" parecen felices entre los restaurantes comida-basura y  los tenderetes de objetos de mala calidad y los carteles de plástico. 

"A los trabajadores de la isla no nos interesa ese turismo-termina diciendo un empleado del sector-porque es la ruina, está siendo la ruina. Queremos un turismo de calidad a quien dar calidad para que hable bien de la isla y para que regrese. Pero nos tememos que no hay vuelta atrás. Ya no vienen tantos turistas y para que vengan, se bajan los precios y se baja la calidad aún más. El resultado será catastrófico".

Consumidores del "fast-food" en el aeropuerto

De regreso, en el aeropuerto, se confirma aún más los temores de quienes viven de trabajar en el sector turístico. Sí, éste es un turismo que no busca calidad. Las filas en el establecimiento de comida "fast-foot" lo confirma. Esa es su alimentación cotidiana. Es imposible que aprecie que se puede viajar sin lujos y sí exigir calidad: limpieza en los hoteles, pensiones o albergues y productos sanos en la comida. Es decir, viajar. Conocer otras culturas. Respetar la riqueza de una cultura tan singular como ésta.
Foto para el recuerdo en la casa-museo de Manrique

Mientras observo el grosero espectáculo del aeropuerto de gente comiendo con la boca llena,  hombres con el torso desnudo sentados mientras comen su bocata, niños que tiran papeles al suelo,  retomo la visión del Lanzarote creado por Cesar Manrique quien dijo regresar desde Nueva York a su tierra en los años 60 "con la intención de convertir mi isla natal en uno de  los lugares más hermosos del planeta, dada las infinitas posibilidades que Lanzarote ofrece".  La sensibilidad y la inteligencia  de este artista multidisciplinar y conservacionista hizo posible la creación de tanta belleza hasta su muerte en 1992.  Desde su casa-museo, en cuyas paredes están colgados sus cuadros, su proceso creativo se rindió a la dimensión cósmica de la vida y la plasmación de la esencia de su tierra. Recuerdo en este aeropuerto internacional de Lanzarote esa hoy Fundación Cesar Manrique de paredes blancas y grandes ventanales y me lamento: ¡¡¡¡Pobre Lanzarote!!!. ¡¡¡Pobre Cesar Manrique y su sueño!!!...Regresaste  a tu isla para crear un espacio maravilloso  y tu espacio está siendo maltratado por un turismo "fast-food" en un proceso irreversible.